Ha pasado una semana desde la última vez que escribí. Estoy en el ILEF, a unos minutos de comenzar la primera clase. Me doy cuenta, cada mañana de miércoles, que no estoy hecho para levantarme temprano. No es que no lo supiera de antemano, simplemente lo confirmo cada semana con pesar y esfuezo. En un momento estuve dudando sobre venir. Ya saben, poniendome trabas y excusas: que la moto no tenía carga, que hacía frio, que así podría tener tiempo para buscar alguien que me preste dinero, que mi hermano esta en su casa y así podriamos desayunar juntos, y así.
Lo importante es que me hice de fuerza de voluntad y vine. no llevo ni media hora y ya estoy tomando mi segunda taza de café. a ver si eso ayuda. En fin, solo quedan tres años mas de maestría y un gran porvenir.
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